sábado, 10 de noviembre de 2012

El lado verde de Jeddah

La Península Arábiga es un lugar que albergó un hito en la Historia: en el siglo VII, según el sistema de contabilidad occidental, surgió el Islam, una nueva religión, cultura y forma de interpretar el mundo. Dos de las ciudades más emblemáticas y simbólicas, consideradas sagradas, están en esa península: La Meca y Medina. Entre ambas, especialmente cerca de la primera, y bañada por las aguas del Mar Rojo, se encuentra Jeddah. Es una ciudad portuaria cuyos orígenes, según excavaciones, datan de aproximadamente el siglo VI a.C. A partir del siglo VII, este asentamiento pasa a tener una importancia geográfica máxima y creció. Es un lugar estratégico por el que miles de musulmanes que no viven en la Península Arábiga llegan a ella para dirigirse a La Meca (85km al este) por el Hajj, uno de los pilares básicos de esta religión, que implica al menos una peregrinación durante la vida a esta ciudad.

En 1517, el ejército del Imperio Otomano tomó las ciudades sagradas del territorio arábigo. Anexó a sus territorios las zonas costeras de la actual Arabia Saudí y estableció con las interiores una relación de dependencia o suzeranía. En estas regiones se fueron dando durante los siglos posteriores y hasta el final del siglo XIX diferentes Estados semiindependientes de soberanía limitada, teniendo como uno de los principales promotores a la familia Saud. En el comienzo del siglo XX, el pueblo árabe pretendía deshacerse de la histórica dependencia del Imperio Otomano. El anhelado proyecto estaba cada vez más planificado: se pretendía formar un Estado Panarábigo que abarcase desde la ciudad de Alepo (actual Siria) hasta la de Adén (actual Yemen). Para entonces, el Imperio Otomano había perdido gran parte de sus dominios territoriales en Europa. Esta situación crítica llevó a los dirigentes a reforzar las relaciones con los pueblos árabes del sur. La figura de los llamados Jóvenes Turcos fue importante en esa misión, ya que se desplazaron a la zona para remarcar el carácter otomano de las instituciones árabes y controlarlas total o parcialmente con el objetivo de establecer un modelo bicéfalo de Estado similar al del hoy extinto Imperio Austrohúngaro. Desde 1908 se intensificó su acción, pero para ese año, el mundo árabe vivía un periodo de florecimiento cultural histórico denominado “Nahda”, que tuvo como consecuencia que las clases medias y altas comenzasen a demandar autogobierno e independencia1.

Tras el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el sultán otomano Mehmed V, en calidad de califa, llamó a todo el pueblo musulmán a la yihad contra las potencias aliadas (Francia, Gran Bretaña y Rusia) que formaban el bando opuesto al otomano. Muchos consideraron entonces que era una manipulación del sentimiento religioso y desobedecieron con la intención de aprovechar la coyuntura para deshacerse definitivamente del dominio otomano. El Jerife de La Meca, Hussein Bin Ali, liderando a la aristocracia musulmana de la Península Arábiga y a los rebeldes antiturcos, se convirtió en un aliado de Gran Bretaña en el conflicto mundial a cambio de que se reconociese después la independencia de los pueblos de la zona. Con esa garantía, el jerife se proclamó rey y los antiturcos comenzaron la denominada Rebelión Árabe (1916-1918). La respuesta germano-turca no se hizo esperar, pero la capacidad estratégica de los rebeldes, apoyados por los británicos, permitió que se liberasen del Imperio Otomano las ciudades de La Meca y Medina. Se produjeron avances hacia el norte, hasta que con las tomas de Jerusalén y Damasco se consideró acabada la rebelión. No obstante, Francia y Gran Bretaña se habían repartido en secreto durante la misma el territorio. El emir Faysal, que organizaba el hipotético nuevo Estado desde Damasco, tuvo que exiliarse en 1919 por la entrada de Francia en territorio de la actual Siria, y con la toma de poder de los británicos en territorios de la zona central, Arabia Saudí, el nuevo Estado resultante de todos los acontecimientos históricos, acabó limitándose a parte de la Península Arábiga. Jeddah fue una de las ciudades que se anexó más pronto (1925) como consecuencia indirecta de la cercanía con las ciudades sagradas. En la actualidad es el puerto más importante del país y del Mar Rojo.

Uno de los elementos culturales del nuevo Estado, pese a tener reciente el duro pasado, era el del fútbol. Dos años después de la anexión de Jeddah, se fundó el Al-Ittihad, uno de los equipos más representativos del país y de Asia, y a su sombra, en 1937, el Al-Ahli (en árabe, “el Nacional”, ‘el equipo de la nación’). Hasta 1957, el futbol saudí fue amateur pese a que los descubrimientos de petróleo de marzo de 1938 llevaron al país a la riqueza. Fue entonces cuando se crearon los primeros trofeos oficiales para equipos profesionales, que elevaron a casi todos los equipos del país a tal categoría: la Copa del Rey y la Copa de la Corona del Príncipe2. Desde entonces existe una rivalidad deportiva gigante entre ambos equipos de la ciudad. Las mejorías en las infraestructuras y el crecimiento exponencial del fútbol (se convirtió por entonces en el deporte mayoritario) llevaron a que en 1976 se crease una liga profesional siguiendo el modelo europeo. Ocho equipos formaron la primera edición, una cifra que aumentaría hasta los 18 en la década de 1980, cuando se creó la segunda categoría y se instaló un sistema piramidal de ligas. En este campeonato, como era de esperar, se materializó la rivalidad entre Al-Ahli y Al-Ittihad en el denominado “derbi de Jeddah”, así como se crearon otras con equipos como el Al-Hilal Riyadh, el equipo de la capital. Al-Ittihad se consolidó como el equipo más grande de la urbe. Acumula más títulos que el Al-Ahli, que posee solo 2 ligas y 21 títulos coperos2, y cuyas participaciones en competición continental han sido menores (una única presencia en la Final con derrota frente a Daewoo Royals3 en 1986 frente a los 2 títulos de Al-Ittihad). Por todo ello, la remontada en las Semifinales de la presente AFC Champions League ha sido tan especial para la ciudad y el fútbol saudí en general. Al-Ahli tiene una oportunidad de intentar alcanzar a Al-Ittihad con una plantilla joven y darle la vuelta a la situación contextual a medio o corto plazo, lo que es en definitiva recordar que Jeddah tiene un lado verde.

Camino hasta la Final


Pese a los malos resultados en liga en la temporada 2010-11, en la que acabaron sextos, el equipo salvó la temporada ganándole la Copa de Campeones del Rey de 2011 en los penaltis al máximo rival Al-Ittihad (2-4 tras 0-0 en los 120 minutos) y obteniendo con ello la plaza directa a la Fase de Grupos de la AFC Champions League de 2012. Sus tropiezos iniciales en el grupo frente a los campeones de Catar (Lekhwiya) e Irán (Sepahan) hicieron pensar que estos serían los favoritos de un grupo en el que Al-Nasr y Al-Ahli se dedicarían a intentar quitarles puntos. Sin embargo, la doble victoria frente al conjunto de Emiratos Árabes Unidos y la goleada a un Lekhwiya que se mostró más débil con el avance de la primavera le dieron el pase a las rondas eliminatorias. En Octavos de Final tuvieron serios problemas con el campeón de Emiratos Árabes Unidos, Al-Jazira, ante quien necesitaron los penaltis para clasificarse. El golpe de efecto fue la goleada (4-1) a Sepahan en la vuelta de Cuartos de Final. Pese a la expulsión temprana del arquero iraní Mohammadi, los saudíes arrollaron y presentaron una candidatura al título reafirmada con la remontada ante el rival ciudadano Al-Ittihad en Semifinales.

  • Partidos disputados en esta 2012 AFC Champions League:

Plantilla


  • Portero y zona defensiva

La portería está protegida por Abdullah Al-Maiouf [22], un guardameta con buenos reflejos en las faltas y córners, capaz incluso de tirar penaltis, pero con mala gestión de sus salidas y algún problema a la hora de controlar los rechazos. En el lateral izquierdo, el internacional Mansour Al-Harbi [31] es indiscutible. Profundo, dañino en sus incorporaciones ofensivas, más que correcto en el repliegue y la contundencia defensiva, y con un buen cierre cuando el equipo bascula en fase defensiva. La pareja de centrales tiene un componente fijo: Jairo Palomino [3]. El joven colombiano es un mediocentro defensivo reconvertido a central que presenta, quizá debido a ello, una correcta salida de balón. Además, en ocasiones es el encargado de los lanzamientos de falta. Su acompañante era el internacional Kamil Al-Mousa [9] hasta hace apenas un mes, un central aguerrido y con algo menos de salida de balón que Palomino; pero desde esa fecha, el central titular viene siendo Aqeel Al-Sahbi [21], un central más joven y cuya cualidad más destacada es la buena cobertura a los laterales cuando se incorporan y dejan el hueco atrás. El puesto de lateral derecho es habitualmente para Kamel Al-Mor [2], un lateral muy ofensivo pero con problemas a la hora de replegar y de defender cerca del área.

Esta zona del campo presenta pocas variables más allá de la del puesto de central que acompaña a Palomino. Además de Al-Mousa y Al-Sahbi, ha tenido minutos como suplente en algún partido concreto Mohammed Amman [29], aunque es claramente la tercera opción. También, en ocasiones, el lateral derecho varía y Mohammed Massad [14], lateral de un corte muy similar a Al-Mor, goza de minutos.

  • Centro del campo

De entre los esquemas tácticos que utiliza el equipo, todos incluyen un doble pivote, al igual que ocurre con el rival de la Final del sábado, Ulsan Hyundai. Esa línea de dos tiene como jugador indiscutible al recientemente convocado por Frank Rijkaard Motaz Al-Musa [5], un mediocentro de un perfil defensivo, encargado de retroceder metros para incrustarse entre los centrales en salida de balón y de dirigir, con la orientación de sus pases, el juego en su zona más natural. Si la situación lo requiere, también puede incorporarse en segunda línea al ataque, aunque el abandono de su zona suele generar un espacio muy útil para el rival si logra contragolpear. Su acompañante más habitual era hasta hace también aproximadamente un mes Waleed Rashid [4], de 22 años, un interior que tras la recepción busca la zona de tres cuartos e incluso el área, mostrando también cierto sacrificio defensivo. Sin embargo, ese puesto ha variado bastante en ese tiempo con el objetivo de convertir el doble pivote en una pareja de mediocentros defensivos para ganar en contención. Los acompañantes de Al-Musa que cumplen con ese perfil han sido hasta ahora Yahya Ateen [12], mediocentro puro fichado de Al-Ittifaq el pasado verano, de la misma edad que Rashid, y Mustafa Al-Bassas [47], canterano que disputó algunos minutos con la selección U20 en el Mundial de Colombia 2011. Su caso es especial, pues comenzó siendo un extremo y ha pasado progresivamente a ser un lateral derecho apto para el rol de mediocentro defensivo. Durante esta AFC Champions League, y pese a los pocos minutos que en ella acumula, se le ha visto jugar en las tres demarcaciones.

Por delante, la configuración de la zona de tres cuartos no es excesivamente dependiente de si el esquema incluye un mediapunta y dos extremos o solo dos volantes. Los pobladores de la misma pueden ocupar casi todas las demarcaciones, una versatilidad que solo ha aportado ventajas al equipo, como fluidez y capacidad de sorprender. En verano, el veterano mediapunta Marcelo Camacho, hasta entonces titular indiscutible, abandonó la entidad camino del Al-Shabab y el técnico Karel Jarolím tuvo que experimentar. La directiva trajo de Tigre a un sustituto este mismo verano: el argentino Diego “Cachete” Morales [10]. En principio, venía para jugar de mediapunta, pero su versatilidad le ha llevado a jugar (a buen nivel) como extremo o volante por ambos costados. El capitán e internacional Taisir Al-Jassim [8], apto para cualquier posición de tres cuartos pero preferiblemente mediapunta, encontró en la polivalencia del argentino un buen motivo para regresar a su demarcación natural tras casi un año jugando por fuera debido a la presencia de Camacho, aunque sigue jugando algunos partidos por cualquiera de las bandas, ya que se alterna con quien ocupe la contraria a la suya. Abdulrahim Jaizawi [24], titular en su debut con la selección absoluta en Pontevedra ante España e internacional con las categorías inferiores, es otro de los extremos que tiene minutos. Juega habitualmente en banda derecha, y demuestra algunas limitaciones cuando se cambia a la izquierda.

Entre los suplentes, los más destacados son Mohsen Al-Eisa [26], mediocentro que ha tenido minutos como interior y mediapunta; el joven Yasir Al-Fahmi [23], de 20 años, al que también vimos en el Mundial U20 del año pasado y que actúa de volante derecho, extremo por esa banda e incluso interior; y Sultan Al-Sawadi [49], un extremo derecho de 19 años procedente de la cantera que cuenta con la confianza del cuerpo técnico.

  • Delantera

En la zona de ataque, destaca Victor Simões [7]. Este brasileño de 31 años, exjugador de Germinal Beerschot (hoy Beerschot AC), Club Brugge y Botafogo entre otros, es el jugador más móvil y polivalente de la plantilla. Su posición natural es la del ‘9’, y acaba casi todas las temporadas con una cifra de goles más que aceptable, pero también ha jugado como segundo punta, mediapunta y extremo por ambas bandas. Es claramente el comodín de Jarolím a la hora de hacer las alineaciones, pues se adapta a todas las posiciones del ataque. Su compañero de línea cuando juega de ‘9’ es el omaní Amad Al-Hosni [20], un delantero goleador y móvil, con caída hacia bandas y centro del campo, internacional absoluto con su selección y referente de la misma.

La calidad de los mencionados y la presencia de pocos delanteros en la plantilla hacen que esta zona esté ocupada en casi la totalidad de los partidos por ellos. Apenas se puede destacar a mayores a sus sustitutos naturales, que han disputado algún que otro minuto en esta AFC Champions League: Essa Al-Mehyani [11], delantero de un perfil más clásico, con poca movilidad; y Bader Al-Khames [15], que presenta más similitudes con Al-Hosni.

Descripción táctica del equipo


  • 4-4-2 como sistema más utilizado recientemente

La conclusión a la que parece haber llegado Jarolím tras sus experimentos es que el 4-4-2 es el dibujo más estable y que más provecho da al equipo. La salida desde atrás suele ser por el carril central, con un acercamiento de Palomino al centro del campo o bien un retroceso de Al-Musa hasta la zona de centrales. Los laterales se suelen desplegar simultáneamente, tomando de referencia a la línea del doble pivote. Si los que continúan la jugada son ellos, los centrocampistas de banda operan de volantes y se meten hacia el centro para ser una opción de pase con objeto de continuar la jugada. Llegados a este momento, los laterales tienen tres opciones: continuar con el balón y centrar al área, dar un pase al volante o avanzar un poco más y apoyarse en uno de los delanteros, que para entonces ya ha caído a banda.


Captura del partido de vuelta de Semifinales frente a Al-Ittihad Jeddah. Se aprecia el sistema táctico de 4-4-2, con Al-Jassim actuando de volante, introduciéndose en el carril central al tiempo que Al-Harbi sube por el costado. Tanto él como Al-Mor tienen en su subida como referencia al doble pivote. Morales tardaría en esa jugada concreta un poco más que Al-Jassim en centrar su posición.

Siempre que se ha dado este esquema en AFC Champions League, no ha habido un interior junto a Al-Musa en el doble pivote. El técnico checo parece considerar suficientes argumentos ofensivos la presencia de dos delanteros más los volantes y extremos que alinea. Introduce una pareja de mediocentros puros prescindiendo (a excepción de que el marcador lo requiera) de una salida vertical y central que le produciría desequilibrio y contragolpes dañinos en caso de pérdida.

  • Muestra de poderío ofensivo: 4-2-3-1

La configuración en 4-2-3-1 aprovecha al máximo la polivalencia de los jugadores de tres cuartos de campo y de la delantera. Aprovechando que Simões puede jugar una línea por detrás de la más adelantada, Al-Hosni es el único punta con este dibujo, actuando de ‘9’ móvil y buscando servir de apoyo y recibir en bandas y zona de mediapuntas. Normalmente, Morales, Al-Jassim, Simões y/o Jaizawi forman la línea de 3, aunque Jaizawi aparentemente es la cuarta opción después de analizar la gestión de plantilla durante esta AFC Champions League. El orden dentro de la línea de mediapuntas va variando a placer en función de los jugadores, lo que genera cierta confusión en los rivales. Los estilos de juego de cada uno, notablemente ofensivos, hacen que este sea el sistema que más pegada proporciona.


Captura del partido de ida de Cuartos de Final ante Sepahan. Se aprecia claramente el sistema de 4-2-3-1. Al-Hosni, delantero titular, quedaría a la derecha de la imagen.

Sin embargo, los equipos rivales encuentran en la salida vertical por el carril central una vía para ahogar al Al-Ahli en salida. Establecen una línea de presión sobre el mediocentro –para cerrar la línea de pase hacia el interior– o sobre el mismo interior, puesto que Jarolím con este dibujo sí da la titularidad a un jugador de ese perfil. Esto provoca o bien una partición que supone un hándicap en la salida complicado de superar, o bien un contragolpe peligroso.


Captura del partido de vuelta de Cuartos de Final contra Sepahan. La línea de presión del equipo iraní se aplica sobre la salida de balón, y más concretamente sobre Rashid, interior. Al-Musa le pasa el esférico a un Rashid que está en una situación complicada. Un jugador rival se le echa encima y consigue robar, estableciéndose un contragolpe con los dos compañeros que tiene a su izquierda. Fue una de las ocasiones más claras del primer tiempo de Sepahan.

  • Influencia de la ubicación de Al-Bassas en el 4-4-2

Mustafa Al-Bassas puede ocupar las demarcaciones de extremo derecho, volante derecho, lateral derecho y mediocentro. Es un jugador joven (19 años) que todavía no se ha asentado con un rol fijo. Su ubicación determina el estilo de juego que mantendrá el equipo sin variar el esquema táctico base del 4-4-2.

Pese a que las primeras referencias que se tienen de él lo ubican en el puesto de extremo en la banda derecha, no estuvo en absoluto activo en el partido de ida de Semifinales frente a Al-Ittihad en el que jugó en esa demarcación. Su desaparición fomentó que el equipo cargase en exceso la banda izquierda en el ataque y le restó algo de fluidez, ganando previsibilidad.


Captura del partido de ida de Semifinales contra Al-Ittihad Jeddah. Se aprecia a Al-Bassas como extremo derecho, completamente ajeno a una jugada que discurre, como casi todas, por la banda izquierda. La distancia con el mediocentro Al-Musa también deja ver la inactividad del joven canterano.

Ante lo que estaba ocurriendo, Jarolím retiró a Al-Mor, metió a Morales y retrasó al puesto de lateral derecho a Al-Bassas. El equipo pasó a 4-2-3-1 y tuvo un gran tramo final en el aspecto ofensivo, recuperando el costado derecho en ataque.


Captura del partido de ida de Semifinales contra Al-Ittihad Jeddah. En el tramo final del partido, Al-Bassas juega de lateral derecho y presenta cualidades defensivas llamativas para el que es en teoría un extremo. En esa jugada, él detendría el avance del rival.

En el partido de vuelta de Semifinales, jugó de principio a fin junto a Al-Musa en el doble pivote, mostrando su perfil de mediocentro defensivo. Con ello, el equipo mostró esa versión que prefiere las bandas dentro de las opciones de juego que dispone con el 4-4-2. Parece que el joven jugador está en vías de perder definitivamente el marcado carácter ofensivo que implica el rol de extremo para asentarse en zonas más cercanas a su portería, ya en campo propio.


Captura del partido de vuelta de Semifinales contra Al-Ittihad Jeddah. Se aprecia como Al-Bassas está jugando de mediocentro en el 4-4-2 del Al-Ahli, una posición intermedia entre las que ocupó en el principio y el final del partido de ida. Pese a que la captura se produce cuando el balón lo maneja el equipo rival, la situación con posesión es la misma.

  • Un recurso en pruebas: 4-4-1-1

No es un esquema utilizado de inicio, sino una alteración de la forma del 4-4-2 debida a la movilidad de Al-Hosni y Simões, que se aprecia solo en periodos cortos en algunos partidos. Uno de los dos delanteros se descuelga sin llegar a posiciones realmente retrasadas y ofrece una posibilidad añadida de pase. Pese a que Simões es el más proclive a hacerlo por ser el más móvil del ataque de Al-Ahli, Al-Hosni también lo hace en ocasiones. No parece estar apenas trabajado, sino que parece por inercia y voluntad de los propios jugadores.


Captura del partido de vuelta de Semifinales contra Al-Ittihad Jeddah. Se aprecia como el 4-4-2 tipo se deforma y se convierte en una especie de 4-4-1-1 no muy acusado en el que Simões es una opción de pase nueva para el poseedor, que por su giro del cuerpo descarta la de Al-Hosni y tiene habilitadas dos líneas de pase. Acabaría escogiendo la nueva que permite la movilidad, en este caso, del brasileño. En otros momentos del partido, es el omaní el que retrocede unos metros por detrás de Simões.

Otros datos


  • Entrenador
                       
  • Estadio
                       

Karel Jarolím
(Čáslav, República Checa, 1956)

                       

Estadio Príncipe Abdullah Al-Faisal
(Jeddah, Arabia Saudí)

Centrocampista checo retirado con experiencia en su país y en Francia. Entrenador desde poco después de su retirada. Ha entrenado a dos grandes de sus países como Slavia Praha y Slovan Bratislava. Llegó a Jeddah en 2011. En su familia se respira fútbol: es el padre de David Jarolím (Évian Thonon Gaillard, exjugador del Hamburger SV) y Lukáš Jarolím (Slavia Praha), además del tío de Marek Jarolím (Teplice).

                       

Ubicado al sudeste de Jeddah, es un estadio de 24.000 espectadores inaugurado en 1970. Forma parte de un complejo polideportivo municipal y no solo se usa para la práctica del fútbol. Es compartido por Al-Ahli y Al-Ittihad, circunstancia que provocó que los dos partidos de Semifinales que los enfrentó se jugasen en este campo.

Referencias


1 Fue en sus orígenes un movimiento cultural asociado a la “Nahda” liderado por un grupo de intelectuales. Después pasó a ser una reivindicación política general extendida en todos los estratos de la sociedad.

2 La Copa del Rey y la Copa de la Corona del Príncipe eran dos competiciones diferentes que se disputaron de forma paralela entre 1956 y 1974, año en el que la segunda se dejó de jugar. En 1990, los clubes deciden acabar con la Copa del Rey y reinstaurar la Copa de la Corona del Príncipe, por lo que por convenio se decidió computar ambos trofeos por igual pese a que equipos como el Al-Hilal Riyadh ganaron ambos títulos en un mismo año (1964) cuando eran diferentes entre sí. Además, hay que contabilizar como títulos coperos la Copa de la Federación Saudí y la Copa de Campeones del Rey, creada en 2007 y considerada de cara a la AFC como la máxima en importancia en la actualidad: ganarla implica clasificarse directamente (por el coeficiente de la liga saudí) para la siguiente AFC Champions League.

3 Equipo surcoreano hoy conocido como Busan I’Park.

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